El control de fugas es una exigencia de la normativa destinada a limitar los efectos de la industria del frío sobre el medio ambiente. Las cuatro normas principales a tener en cuenta en este sentido son las siguientes:

Reglamento de Gas, RD 919/2006, de 28 de julio

Reglamento de Instalaciones Térmicas, RITE, RD 1027/2007, 20 de julio

Reglamento de Baja Tensión, RD 842/2002, de 2 de agosto

Código Técnico de la Edificación CTE, RD 314/2006, de 17 de marzo.

En lo que se refiere a las nuevas instalaciones, tener en cuenta esta legislación es relativamente fácil, pero la eficiencia energética y el cumplimiento de las nuevas obligaciones normativas no pasa solamente por las nuevas instalaciones. El mantenimiento es otro pilar fundamental con capacidad para alargar la vida útil de una instalación y, además, hacerlo en base a los nuevos parámetros de eficiencia que exige la ley. En este sentido, la importancia de contar con profesionales frigoristas habilitados con su correspondiente certificado profesional es crucial.

Así mismo, hay que recordar que los titulares de las instalaciones tienen la obligación de tener suscrito un contrato de mantenimiento con una empresa frigorista, así como de realizar las revisiones periódicas obligatorias. En el actual contexto, los objetivos principales del mantenimiento son la eficiencia energética y la reducción de fugas de refrigerante.

Fuente: AEFYT Asociacion de empresas de frío y sus tecnologías